Templo Evangélico "Monte de Sion" MIEPI, Cd Obregón

M. I. E. P. I. A. R.

Dios les bendiga estamos para servirles y en el amor del Señor los esperamos. El Señor los bendiga apreciables consiervos, de nueva cuenta los saludo en el amor de Cristo nuestro Señor. Hechos 4:12.
DIOS RESPONDE A NUESTRO CLAMOR SALMO 3:4 El clamor o clamar en las Sagradas Escrituras es una forma de oración para comunicarle al Eterno Dios que necesitamos urgentemente de Su Misericordia, de Su Gracia inmerecedora, del socorro Divino. El salmista demuestra su confianza en el poder de Dios, viviendo una situación de persecución cuando expresa: “Con mi voz clamé a Jehová. Este hombre, David, admite que el único que tiene facultad para salvaguardar su vida del cualquier peligro es Dios, de tal modo que su fe es coronada pues dice: “y Él me respondió desde el monte de su santidad”.
Efectivamente, Dios responde a nuestro clamor. El termino hebreo sha>aq significa: clamar, llamar, alzar la voz. Desde Genesis 4:10 encontramos esta expresión en forma de grito, suplicando auxilio. También el clamor por causa de la hambruna en Egipto se advierte en el pasaje bíblico de Genesis 41:55 “Y cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó á Faraón por pan”. Es una constante en la biblia ver como los Hebreos ante una necesidad difícil que enfrentaban dirigían sus ojos a Dios pidiendo socorro. “…y clamaron los hijos de Israel a Jehová”. (Éxodo 14:10). El pueblo de Dios sabe perfectamente a quien acudir en situaciones adversas, de ahí que el profeta Elías en tono sarcástico les dice a los adoradores de Baal que clamaran a su dios a ver si les responde, en el sentido de que Jehová de los ejércitos es real, poderoso, y con suficiente autoridad para responder al clamor de Israel “… gritad en alta voz, que dios es: quizá está conversando, o tiene algún empeño, o va de camino; acaso duerme, y despertará”. 1° de Reyes 18:27 Alabamos a nuestro bendito Salvador porque en efecto, a quien clamamos, vive, ¡gloria a Dios! Y es Fiel a sus promesas. Y en el contexto de cualquier necesidad humana, Él se glorifica, cuando el clamor emerge de un sentimiento sincero y profundo del corazón. “Y pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: Ten misericordia de nosotros, Hijo de David”. (San Mateo 9:27).
Si la persona independientemente de su necesidad recurre al Señor apelando a Su Poder Divino, y se despoja de toda arrogancia y orgullo humano. Es decir, pone su total dependencia en Él. Entonces está garantizada la respuesta divina a su clamor.
San Marcos 1:40-42 Las razones de integrarnos a un clamor constante en todo nuestro Movimiento están justificadas, pues enfrentamos al presente un entorno bastante complicado: de muchas dificultades y enfermedades terribles; aunado a una descomposición social que pone en evidencia el estado de maldad en el mundo. Son tiempos peligrosos los que vivimos. Por tanto, quebrantemos nuestro corazón delante del Señor ante esta emergencia actual. Y elevemos nuestro clamor sincero al Dios Todopoderoso. Oramos en este mes de AGOSTO con los horarios de oración asignados a cada Zona, cubriendo las 24 horas del día durante los siete días de la semana, de tal manera que oremos a Dios, tanto en horario a. m. y p. m. Cuando corresponda orar en horario a. m. Se orará por cinco peticiones específicas, y cuando se ore en horario p. m. Se orará por otras cinco peticiones. Cada semana se actualizarán las peticiones. También cada Zona ofrecerá a Dios un día de ayuno de 24 horas. A continuación, adjunto el programa de como lo haremos. D. M